Muchas cosas pasaban por su cabeza, no sabía por qué, pero él corrió a su lado, se sentó y lo abrazó. Samuel lo rechazó, lo empujó y le dijo que se añejara de él. Pero es que Rodrigo no podía, aún tenía en la cabeza ese recuerdo de que mientras él besaba a Paola, abrió los ojos y se percató de que Samuel los miraba y en ese momento algo se despertó dentro de él, que ver la cara de sufrimiento de Samuel, los partía en cachitos.
Salió de su ensimismamiento y Samuel aun seguía frente a él, eso lo alegraba demasiado.
Se puso de pie, lo abrazó y esta vez Samuel le respondió. Sus labios se tocaron, sus manos juguetearon por todo su cuerpo. Se tiraron y sus cabellos se despeinaron.
Después de un rato caminaron juntos de la mano. Rodrigo estaba feliz. Se sentaron junto algo, se miraron por un rato sin cuestionarse nada. Todo era perfecto.
Samuel se levantó de repente de su lado le esbozó una sonrisa dulce que cambio a maliciosa y burbujas en el lago comenzaron a salir.
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