Y una imagen vale más que mil palabras.
Husmeando entre cosas, me encontré con recuerdos fotográficos, guardados, esperando ser vistos otra vez y reír con nosotros por los momentos congelados en ellos.
¿No les gusta? Hacer un rápido viaje al pasado, dejarse devorar un poco por la melancolía y ver esas imágenes tan apegadas a nosotros diciendo “así era yo” o “¿de verdad hice eso?”.
Hemos dejado en el olvido a las fotografías, de esas que solíamos sacar con un rollo y esperábamos con ansias que se revelaran para ver como salíamos, si bien o mal. Ahora sólo nos enfocamos a la vida presente, a la que ahora sólo vemos a través de un monitor.
No las olviden, no olviden la vida entre viejas fotografías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario