Y otro de los mayores placeres de la vida y que me encanta hacer es dormir, dormir para no despertar hasta que mi cuerpo se sienta lo suficientemente recargada para levantarse. No sé si les pasa pero yo nunca lo he logrado, siempre hay algo que interrumpe los viajes extraños en nuestros sueños.
El estrés, las obligaciones, tu alarma diciéndote que debes empezarlas a realizar, los sonidos molestándote o a veces una línea de luz filtrándose por la ventana hablando que el día ya comenzó. Siempre algo ahuyentándote a dormir con profundidad.
Pero bueno, nada te quita aunque sea esos pequeños instantes de navegar por la nube más alta y explorar el mundo que es enteramente nuestro.
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