Y casi lo fue así.
No tiendo a recordar mucho mis sueños, pero sucede que al menos tengo que recordar fragmentos de algunos cuando se convierten en una especie de dejavú y digo “esto lo soñé y ahora lo estoy viviendo”, se siente algo extraño.
Siempre he divagado acerca de ellos, pero nunca puedo llegar a una conclusión de lo que realmente son, pues a veces son tan extraños e ilógicos, o tan reales que despierto llorando. Además, no sé si a todos les pase, pero siempre hay como un sueño que te da pie para los demás, algo que te dice que te estás quedando profundamente dormido. En mi caso es: yo viendo mis pies bajando las escaleras que me conducen hacia un jardín y a la mitad de ellas tropiezo.
Extraño, pero muy mío.
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